No hace falta que sea el día de San Valentín para vivir más momentos especiales en pareja, ya que una relación siempre hay que cuidarla, por mucho tiempo que pase, ¿verdad? Por eso, una cena para dos es siempre una buena idea para sorprender a su otra mitad, a través de un momento más íntimo y… ¡más una conquista a través de la gastronomía!
No esperes a fechas especiales para hacer un regalo a tu pareja, vive tu relación al máximo, ¡todos los días! Te dejamos algunos consejos para preparar un momento para dos.
El entorno
Las velas, sí, pueden formar parte de esta cena especial. No tienen que ser las típicas velas rojas pasionales (sin embargo, si lo deseas, ¡pueden ser incluso esas velas rojas! Haz lo que te haga realmente feliz y cómodo). Basta con unas cuantas velas para dar un toque más cálido y acogedor a tu entorno.
La mesa
¡La mesa de la cena debe estar bien puesta! Elige un mantel de lino, por ejemplo, y utiliza servilletas de tela a juego. Utiliza como base tonos más neutros u opta por el rojo, conocido como el color de la pasión, dependiendo también un poco del servicio de porcelana que pretendas utilizar.
Si lo prefieres, en lugar de utilizar el típico mantel, siempre puedes optar por los caminos de mesa, quedando igual de elegante y sofisticado.
Sin duda puede marcar la diferencia en la porcelana del romance, para que esté en consonancia con el “estado de ánimo” que pretende crear. Costa Verde tiene exactamente la colección adecuada para momentos como éste, y su nombre, Flirty, ¡hace juego con el estado de ánimo que quiere conseguir! Pruébelo.
También puede utilizar cuencos de cristal, para repartir diversos elementos por la mesa, dándole aún más el color de la pasión: fresas o frutos rojos. La sofisticación aparecerá en un instante y el romanticismo se liberará.
Un arreglo floral
Puede ir desde lo más elaborado hasta lo más sencillo – según el gusto de cada uno. ¡Nuestra sugerencia es la simplicidad! Si por casualidad tiene una botella de cristal vacía en casa, sin etiquetas, sólo tiene que coger unas cuantas rosas (o sólo una, que ya hará el efecto deseado) y el arreglo ya está construido, sin ser caro y sin dar demasiadas vueltas y estará, automáticamente, añadiendo un ambiente romántico, con un simple gesto.
¿Le gusta? Ya puede empezar a pensar en sorprender a su persona favorita, y no necesitando muchas exageraciones para conseguir una decoración refinada y que muestre su personalidad, ¡sólo tiene que dar alas a su imaginación!