Una de las tendencias que ha llegado para quedarse es la presencia de tonos oscuros en la decoración. Colores que remiten a una conexión con los colores tierra y los tonos orgánicos, ya que siempre han formado parte de la naturaleza y la vida cotidiana.
Una buena opción sobre todo para aquellos que buscan líneas de decoración más enigmáticas y que, al mismo tiempo, den una sensación de intimidad con elegancia, será sin duda una buena selección. Es, sin duda, un color ligado a la sofisticación y la modernidad, sin dejar de lado una cierta sensación de profundidad y comodidad, de que hay algo más, más allá de lo que se ve.
Se trata de un color que tiene sentido utilizar en varios lugares o de diferentes maneras, cuando se trata de decorar una casa. Si bien se puede apostar por paredes negras en una cocina o un baño, si el objetivo es apostar por pequeñas partes, la idea puede recaer en la elección de elementos decorativos, como, por ejemplo, un servicio de mesa o unas piezas de porcelana en el color negro.
El color de la tierra, de la naturaleza y del concepto de fertilidad. Un tono orgánico que responde a las tendencias de los días de hoy – la naturalidad de los elementos, tanto en sus colores como en sus formas.
Los tonos marrones/amaderados siempre serán la elección correcta para cualquier hogar. Despiertan sensaciones de comodidad y “protección” – lo que debe sentirse en un hogar. Es un color ligado a las raíces, por lo que, además de ser sofisticado, puede aportar una sensación de familiaridad. Por lo tanto, tiene todo el sentido apostar por objetos decorativos en esta tonalidad, o incluso por utensilios o porcelana con acentos marrones. Las comidas con la familia o los amigos tendrán inmediatamente un toque especial y más acogedor.
Una tonalidad que es el resultado de una mezcla entre el rojo y el marrón, está muy presente en las decoraciones actuales y, además de sofisticado, es un color elegante, refinado y atractivo. Principalmente en el invierno. La palabra viene del francés “bourdeaux” y está vinculada a la idea del color del vino tinto, de la región de Burdeos, en Francia.
Como se ha mencionado, al ser a menudo sinónimo del color del vino, se concibe una sensación inmediata de sofisticación, buena compañía y buenos momentos. ¿Por qué no llevar estos sentimientos a su casa, a través de la decoración? En los tejidos, por ejemplo, las mantas o cortinas. Son detalles que pueden marcar la diferencia y, sobre todo en la época más fría, ya que aporta un ambiente cálido y acogedor.
Esperemos que con este artículo le hayamos ofrecido algunas ideas interesantes para hacer su espacio aún más especial, sofisticado y acogedor.
Conozca la nueva colección Gloomy, de Costa Verde.